domingo, 4 de diciembre de 2011

http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/bf50b0172bf96e82/d8011902b712f4e6?lnk=gst&q=alma#d8011902b712f4e6

La Exaltación del Alma Inmortal sobre la Materia
La Masonería comienza a partir de un reconocimiento de la situación
humana. Los seres humanos estamos atados por las leyes de los
procesos emocionales que nos esclavizan, y sufrimos como
consecuencia de esas ataduras pasionales. La Francmasonería avanza
concentrándose en el conocimiento de uno mismo. Se podría decir que
este conocimiento es el método esencial y al mismo tiempo la meta
principal del masón. Sin embargo, el conocimiento de uno mismo es un
asunto relativo. No sólo depende de la profundidad y la claridad de
la introspección, sino también de lo que se considera que es uno
mismo. La Masonería propone un cambio progresivo de la visión de lo
que es realmente el ser humano, identificando al Ser Luz con algo que
habita el cuerpo. No es el cuerpo carnal el que tiene el alma, sino el
alma inmortal quien tiene al cuerpo carnal. El masón identifica menos
a la persona con su cuerpo y más con el alma inmortal encarnada en el
cuerpo.
Identificar al Ser Luz que hay en uno mismo como algo distinto al
cuerpo carnal y a la mente condicionada por el entorno social, es la
libertad que sólo es posible a través de un funcionamiento y una
reestructuración adecuada de individuo, expuesta través de la
Exaltación del Tercer grado de la Francmasonería, pero, ¿Exaltación de
qué? Es la exaltación de Alma Inmortal Sobre la Materia.
Existe una correspondencia intrínseca entre el micro- universo, que es
el humano, y el macro-universo que es toda la gran creación cósmica.
Cuanto más desarrollado esté una persona, más corresponde a los
aspectos más profundos y más sutiles del cosmos; solamente un ser
humano totalmente desarrollado refleja toda la Luz de Dios. Pero
considerar que el mundo profano es un obstáculo y no una oportunidad
es similar a considerar que la piedra burda es una obstrucción para
la estatua terminada.
La piedra burda es la sustancia el elemento con la que cada uno de
nosotros realiza una obra de arte, de acuerdo a su capacidad para
responder al impulso y a la iniciativa del interior Luminoso. Esta
sustancia pertenece al micro-universo e incluye lo que normalmente se
conoce como procesos psíquicos, orgánicos, emocionales. Nosotros no
somos inmortales, no nacemos inmortales pero podemos llegar a serlo,
obtener un libre albedrio y poder tener al fin un poder de elección, y
así encontrar lo mejor para nosotros, y no lo más nefasto como
habitualmente nos sucede en el mundo profano.
Vicente Alcoseri
Administrador de este Foro Masónico.


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Los golems fueron creados con artificios de una magia cabalística por personas versadas en secretos procedimientos alquímicos y cercanos a los Secretos de la Creación- pero todos los golems fueron inoperantes y al final perjudiciales a propios y extraños, lo mismo pasa hoy con la Masonería Irregular

Nosotros los Masones y Nuestra Alma Inmortal.

En nosotros la única parte que puede ponerse en contacto con el Algo
Superior es el Yo Real. El Yo Real —el Maestro Interno— está
plenamente desarrollado y consciente, justo activo ahora dentro de
nosotros. Sócrates afirmaba que puede contactarse mediante la
Mayéutica.

Lo Superior no está, a modo de alegoría cabe decir que el Yo Real
permanece siempre en el nivel en que está, mientras desciende y es
rodeada eventualmente por la Falsa Personalidad. La única manera de
alcanzar el Yo Real es por medio del Trabajo Masónico. No se puede
alcanzar el Yo Real a través del Mundo Profano.

Mostrémoslo de este modo: El viaje hacia el interior, hacia el Yo Real
sólo se puede realizar mediante el desarrollo Iniciático, que nos pone
en relación con el Yo Real, ese Yo no condicionado por la Sociedad. Es
imposible comprender la Necesidad del Viaje hacia el Interior de una
manera puramente profana. Hemos de entender algo, y es que Nuestras
Almas Inmortales fueron antes de haber nacido en este planeta y son
perfectas —esto es, con un Yo Real pero con envoltura carnal, y
sofocadas por el condicionamiento profano—. El camino iniciático nos
pone en marcha de inicio en ese Viaje de interiorización.

En un proceso involutivo pero muy necesario nos hicieron bajar a
través de niveles descendientes y cada vez más descendientes en la
Consciencia hasta esta Tierra, y aquí hemos nacido con una Esencia.

En los primeros años de la vida Nuestra Alma Inmortal esta en
contacto con el Yo Real, porque, como hemos dicho, sólo a través de la
Esencia es posible ponerse en contacto con el Yo Real

En la Esencia infantil está el Lo Real, y tras el Yo Real está Dios
El Gran Arquitecto del Universo- por ello la simbólica infantil edad
de Nosotros los masones. Ahora bien, nuestro problema estriba en que
el contacto con Nuestra Alma Inmortal la vamos perdiendo conforme
pasan los años, por cuyo intermedio sólo podemos ponernos en contacto
con lo superior, el contacto no está desarrollado o se ha perdido, hay
que recuperarla.

El plan es este: la Esencia ese vinculo entre el Alma Inmortal y el
Cuerpo no puede crecer a menos que la Personalidad, formada por la
vida en este planeta, la rodee y la alimente. Este es el primer y
necesario paso, porque una persona que no se desarrolle hasta el nivel
de Buen Ciudadano, que nunca aprende cosa alguna de la vida, que, en
suma, no es nada sino un Iniciado Masón que nunca se desarrolló,
solamente se inició masón, pero no prosiguió en el camino , en el
sentido del Trabajo Masónico, no comprende que sólo ha dado el primer
paso en su verdadero desarrollo Masónico.

En otras palabras, quien no ha comprendido, no ve, cual es el complot
o plan que se relaciona con su nacimiento en esta Tierra. Veámoslo
así: la Iniciación, por cuyo intermedio nos ponemos en contacto con el
Yo Real, no puede desarrollarse por sí misma más allá de un
reducidísimo punto a no ser que seamos realmente masones, lo cual, a
su vez, si empezamos a trabajar masónicamente contra un asueto de la
Voluntad combatiendo las Pasiones y los vicios.

La gran enseñanza del Trabajo Masónico se finca en que todos
estamos sumidos en el sueño, que todos nos hemos olvidado de sí
mismos como Almas Inmortales, y así todo sucede de la única manera en
que puede suceder. Por eso dice también que debemos despertar del
sueño y se refiere a la necesidad de tratar de recordarnos a nosotros
mismos y no vivir nuestra vida dormidos, identificados con las cosas,
las personas, los sucesos, con todas las situaciones desagradables y
todo lo demás.

Se preguntarán por qué, si hemos nacido perfectos, en un nivel
superior al de la Tierra, hemos de descender en la Oscuridad de Un
Sótano, pudiendo vivir en el Palacio de la Consciencia Plena.
Responderemos que el haber nacido perfectos no contribuye en nada a
nuestro desarrollo. Sería fácilmente puesto a prueba. El Hombre debe
descender y ascender para llegar a ser así más fuerte "que los
ángeles", como se dijo en algún lugar. Solamente los más aptos,
sortearan la Prueba que es Vivir en este Planeta Atroz, pero
Interesantísimo…

Alcoseri

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LA INMORTALIDAD DEL ALMA

ORIENTE DEL VALLE DE CULIACÁN, SINALOA. MÉXICO. 13 DE JUNIO DEL 2011.

Prologo:
El cuerpo biológico del hombre es temporal, de modo que hablar de la
vida eterna, es hacerlo de la inmortalidad del alma. Todos, aun los
nihilistas tienen una idea personal del posible futuro del hombre
después de su muerte física. Todas las ideas, sin importar si
coinciden o difieren con lo aquí expresadas, son dignas de respeto y
consideración. El presente no son afirmaciones, sino reflexiones
personales.

“LA INMORTALIDAD DEL ALMA”

El alma como la vida son eternas, porque es propia de la naturaleza de
Dios. El hombre encarnado solo posee una parte, un fragmento de vida,
en la eternidad. El hombre es trino, y existe como una resultante de
una dualidad, la vida biológica y la vida mental, donde la ausencia
alguna una de ellas determina la muerte del hombre… Se podría debatir
que la mente no existe en forma independiente, sino que tiene realidad
por la actividad cerebral, sin embargo, nada soy sin la abstracción
conceptual de lo que soy por la consciencia.

El hombre es lo que sus recuerdos. El hombre desde el momento de
nacer, ha acumulado una cantidad de experiencias o recuerdos, que le
dicen que él es el Sr. “Juan Pérez”, que nació en tal fecha y que sus
padres fueron “María” y “Pedro Pérez”, y estudio en tal y cual
escuela, está casado con Margarita López y tienen dos hijos, y es Dr.
Como profesión, etc. Si Juan Pérez perdiese tales recuerdos, aunque
continuara viviendo biológicamente, Juan Pérez dejaría de existir.

La vida eterna del hombre radica en conservar los recuerdos de lo que
fue aún después de su muerte biológica. Si el hombre después de su
muerte biológica, continuara viviendo en su alma o cuerpo espiritual,
y no recordara las experiencias de lo que él fue como Juan, Pedro o
como se llame, entonces realmente ha muerto.

Se “dice” que el alma del hombre es inmortal, y que el subconsciente o
más bien el inconsciente del hombre encarnado es la consciencia del
alma, y que ésta guarda el recuerdo de todas nuestras experiencias
desde el inicio de los tiempos. Se podría debatir, que el inconsciente
no es posible conocerle, por lo tanto, no sabríamos sí ahí se
conservan los recuerdos que el consciente no recuerda.

Se ha observado, que por medio de la hipnosis es posible hacer una
retrospección hasta la infancia de la presente encarnación. Algunos
Psiquiatras y Psicólogos van más allá de la presente vida, como Dr.
Brian Weiss. o Joel L. Whitton, que escriben sobre pacientes que han
retrocedido en el tiempo hacia vidas pasadas. Se “dice” que algunos
pacientes hablan de lugares y personas conocidas en otras vidas, y a
las cuales han ido a visitar y han confirmado sus recuerdos. Esto no
es posible confirmar por mí, por lo cual lo dejo como una
consideración.

El hombre siempre ha podido sostener un dialogo interno. Podría ser él
mismo quien pregunta y responde a través de la voz internalizada de
una “consciencia autoritaria” o una “consciencia humanística” como la
del “súper yo” y el “ello”, o la voz del gran engañador, nuestro
propio “ego”. En la psicología se denomina al “ego” como el “yo” por
ser la parte dinámica de nuestra mente que nos relaciona con el medio,
pero en misticismo, el “ego” no es realmente nuestro propio yo, sino
la parte de nuestra mente que se ha condicionado por las exigencias de
la sociedad. Repito, todo ser humano puede sostener un dialogo interno
sin llegar a clasificarse patológicamente como la esquizofrenia que
distorsionar las realidades de la vida.

Por medio de la meditación, se pueden alcanzar estados de relajación
física y mental, donde el “yo” puede liberar su atención de las
exigencias del físico y el medio que nos rodea y convertirse en
observador de uno mismo, y percatamos de una dualidad en la actividad
mental, donde una parte reacciona generando ideas aleatorias y en
apariencia independiente de la parte mental que la observa. Pareciese
que detrás de esa parte que se mueve inquietamente, existe algo de
mente independiente del físico, y más permanente o propio como nuestra
personalidad mental… y ¿Quién es el que desea saber?, ¿Quizás el mismo
que obstaculiza la posibilidad de saber?

Considerando la posibilidad de la inmortalidad del alma o la vida
eterna, podríamos preguntarnos ¿Cuál fue el propósito o fin que
buscaba el alma al encarnarse en un cuerpo temporal y físico, y pasar
por las dificultades propias de los ciclos de vida y muerte sobre la
tierra? Quizás la respuesta no sea propia de una mente objetiva y una
consciencia ordinaria hombre encarnado y llegue a ser insatisfactoria
y debatible en gran parte de ella, pero, no es posible permanecer
indolentes ante la necesidad de obtener respuestas… y alguna de ellas
podría ser, la adquisición de autoconsciencia y la evolución por el
conocimiento y dominio de los cuerpos y mentes a través de las
experiencias vivenciales de la presente encarnación.

El alma como una energía “ciega” que anima el cuerpo físico, Podría
sin proponérselo, haber alcanzado o logrado “algo” de consciencia al
ponerse en contacto con un cuerpo organizado como el humano. Para lo
anterior, tendría que considerarse la pre existencia de los elementos
necesarios para tal propósito en la materia primordial con que fue
formado el universo. Esto podría llevarnos más lejos aún, y considerar
también la posibilidad de un universo, un alma y una mente universal
que aportaron los elementos para iniciar y formar el cuerpo y la
consciencia humana.
Friedrich Von Licht en su libro <<el fuego cósmico>> nos habla de la
raza aria, la raza hiperbórea, palabra que traduce como “más allá del
viento del norte” y continua diciendo “hiperbórea es la residencia del
sol, el dador de luz, calor y vida” el sol siempre ha sido símbolo de
Dios, como origen de la vida y de la luz como símbolo de la
consciencia que le permite ser “consciente” de sí mismo, como un ser
vivo y de su entorno… y la frase que más me gusta es la que dice: “sí
el hombre ya poseía la consciencia desde antes de nacer, que
maravilla, y sí nació en el crisol del cuerpo humano, mas maravilla
todavía”. Quizás mi edad me hace confundir las palabras de Friedrich
Von Licht con las de Fulcanelli, al grado que he llegado a pensar que
son la misma persona o grupo, que por cierto la palabra Fulcanelli
parece provenir de Fulcan-Elli, Vulcan-Eli, Vulcano-Elías, es decir,
Hefestos y Helios, las divinidades griegas del Fuego Interior y del
Sol. Otra palabra que me llama la atención es “raza aria”, ¿aria de
Aries?, o ¿de aire?, Aries o cordero ¿de dios? Con que inician los
signos zodiacales, y Aire, elemento vital para la vida humana y la
existencia del fuego y la luz.

El sol siempre ha sido un “símbolo” del Dios único, el fuego es su
hijo que anima y genera vida como un alma universal, y la luz que
emana del fuego es la consciencia que disipa la oscuridad, y el
“calor” es la sensación que como experiencia despierta y hace
evolucionar nuestra consciencia.

Sol, Fuego, Luz, y Calor siempre están presentes y unidos, aun bajo
los cambios “aparentes” de nacer, crecer, reproducirse, y morir. El
universo es cambio constante, porque aún está en proceso de formación…
Alma y consciencia del hombre también.

Ahondar en un tema tan abstracto con el presente, es bastante
polémico. En experiencias de profunda relajación y meditación donde
la consciencia se aleja de las exigencias de la carne, la mente y el
mundo objetivo, la consciencia se vuelve “consciente” en medio de un
universo de formas plásticas y cambiantes que poco a poco van
adquiriendo formas más estables en medio de escenarios propios del
motivo inicial de la meditación.
La palabra “Meditar” viene de “Mediar” donde el hombre busca un estado
medio como el subconsciente o pre consciente, donde el hombre tiene un
pie en el consciente y otro en el inconsciente, posición que le
permite vislumbrar un poco de ese mundo oculto e inconsciente del
hombre o el mundo propio del alma... o tal vez ¿Es la pulsión
instintiva de la sobrevivencia la que nos hace creer en todo este
mundo de abstracciones donde el hombre podría continuar viviendo
después de su muerte biológica?

El concepto esotérico no es algo oculto entre las palabras o cosas
extrañas, sino que se refiere a la parte oculta o interior del hombre.
Los alquimistas cuando mencionan la palabra “Hermético” se refieren la
parte más alta y profunda del hombre que permanece “cerrada” para la
consciencia ordinaria de la humanidad, a la esencia del ser humano que
no es “exactamente” el cuerpo físico, sino su consciencia donde él se
percibe a sí mismo en sus más íntimos y amplios detalles y contextos
de lo que él es.

Conclusión:
El alma o la vida como temporal y eterna, puede tener diferentes
concepciones, el biólogo, psicólogo, medico, religioso, místico,
nihilismo, dogmatico, etc. Todos tienen su verdad, y todas son dignas
de respeto y consideración.

Es fácil es hablar de aquello que nuestros sentidos físicos pueden
percibir, pero también existen realidades como colores y sonidos que
escapan a nuestra percepción física. Todo cuanto existe esta
constituido con los mismos elementos, diferenciándose unos de otros,
por su grado vibratorio que le permiten distintos grados de solides,
textura, olor y color. En un tiempo pensamos que los átomos compuestos
de electrones, protones y neutrones, era lo más pequeño que podía
existir. Hoy se han descubierto partículas subatómicas como los quarks
que componen los protones y neutrones. Hoy consideramos que los
limites y características de la energía en sus últimos términos las
desconocemos aún… ¿Entonces porque negar la existencia inmortal del
alma?

En un inicio llame a este trabajo, “Vida Eterna”, Porque la fuerza de
vida, no es posible que solo tenga manifestación aquí en la tierra o
solo en mi, y si en este planeta la vida desapareciera, lo más
probable es que aparecería en otro planeta. Pero, hablar de la vida
eterna en el hombre, me llevo inevitablemente a la consciencia y la
inmortalidad del alma.
El hombre no es un cuerpo físico con mente y consciencia, creo que el
hombre es consciencia y mente en un cuerpo físico, y dondequiera que
esté la consciencia del hombre, ahí estará su realidad… Ahí estará él.
El hombre que sufre un desmayo por cualquier circunstancia, se dice
que esta inconsciente, y no se da “cuenta” de su entorno ni de él
mismo, en otras palabras, al estar su consciencia ausente en ese
cuerpo, él no está. De igual modo cuando alguna persona sufre “muerte
cerebral”, su cuerpo continua vivo, pero él ya no mora en ese cuerpo…
El hombre es consciencia y mente.

El hombre puede evocar experiencias pasadas, y proyectar su
consciencia a proyectos de vida futuros, pero lo que le permite
“revivir” estas experiencias pasadas y su probable futuro, es el
“ahora”. El instante preciso en que soy autoconsciente de mi mismo, y
siento la vida palpitar y fluir entre mis cuerpos: Físico, Emocional,
mental, y espiritual. El hombre vive en el lugar y momento en que su
consciencia esté, y en muchos momentos nos olvidamos de vivir “en” y
“para” nosotros… “Mis hijos son adultos, y estando de visita con una
hermana, me presento una película en la cual aparecía una de mis hijas
de unos meses de edad, y en ese momento me pregunte ¿Dónde estaba yo
que no la vi, no la disfrute? Y me retire a llorar en secreto. Había
vivido muchos años para el trabajo y las responsabilidades y me había
olvidado de vivir yo con mi familia”.

La vida es eterna y existencia del alma. El hombre puede probarse a sí
mismo, pero no puede probarlo a otros. La verdad no descansa en la fe
ni en las palabras, sino en la experiencia personal… “Querer, Saber,
Osar, y Callar”… Pero, si alguien no puede alcanzar tal comprobación
por ella misma, no importa, nuestra existencia de aparente
temporalidad, no debe provocarnos un trauma que nos impida disfrutar y
ser felices en nuestra vida actual.
Existen personas que por su formación religiosa no son felices ni
disfrutan de los placeres del mundo y de la carne por temor a perder
la vida eterna por desagradar a Dios… Nadie es tan es tan importante
como para distraer a Dios, de sus responsabilidades cósmicas.

¿Qué importa si el alma y la vida son eternas? Si nuestra vida efímera
de 70, 80, o 100 años es nada comparada con la vida de los cuerpos
celestes. Nuestra vida terrenal es un pestañeo perdido en la eternidad
del universo… Vivamos hoy como si fuera el último día de nuestra
existencia. Parecemos actores o personajes de un libro de historias,
que pretenden arrebatarle la pluma al escritor para continuar
escribiéndola y agregándole capítulos en un sinfín eterno… Sin
embargo, somos hijos de Dios eterno.

Si el alma es la consciencia del hombre, y donde está la consciencia
del hombre, ahí está su alma. De modo que podemos decir que el hombre
posee varios cuerpos donde sucede tales manifestaciones, un cuerpo
físico, emocional, y mental. Pero su piedra cubica donde se apoyan, es
el cuerpo físico, de modo que al morir el físico… ¿En qué cuerpo
seguirá manifestándose la consciencia?.

“Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras.
Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la
tierra. Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en
día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. Me regocijo en la
parte habitable de su tierra; Y mis delicias son los hijos de los
hombres.” Pr. 8:22-31.

“¿Que es el hombre para que tengas de el memoria, y el hijo del hombre
para que le visites? Le has hecho poco menor que los Ángeles, Y lo
coronaste de gloria y de honra.” Sal. 8:4-5

Fraternalmente.

Lázaharo Hael.

Nota:
El presente, son reflexiones y meditaciones personales, no representan
necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Glosario:
Brian Weiss (n. en Nueva York, 1944) es un médico y psiquiatra
estadounidense. --vida-- Graduado en las universidades de Columbia y
Yale, trabajó como profesor en la Universidad de Miami. Fue jefe del
área de psiquiatría del Hospital Mount Sinai de Miami Beach. Célebre
autor de varios trabajos relacionados con el amor y la creencia en la
reencarnación, esta última abordada a través de experiencias
psiquiátricas narradas por sus pacientes en estado hipnótico,
asistiendo al nacimiento de la terapia regresiva a vidas pasadas. Sus
tesis han generado polémica en la comunidad científica [cita
requerida] y debió pasar mucho tiempo antes de que el autor se
atreviera a dar a conocer sus creencias.
Nihilismo (del latín nihil, "nada") es la doctrina filosófica que
sugiere la negación de uno o más de los supuestos sentidos de la vida.
Más frecuentemente, el nihilismo se presenta en la forma de nihilismo
existencial, el cual sostiene que la vida carece de significado
objetivo, propósito, o valor intrínseco.[1]
El nihilismo hace una negación a todo lo que predique una finalidad
superior, objetiva o determinista de las cosas puesto que no tienen
una explicación verificable; por tanto es contrario a la explicación
dialéctica de la Historia o historicismo. En cambio es favorable a la
perspectiva de un devenir constante o concéntrico de la historia
objetiva, sin ninguna finalidad superior o lineal. Es partidario de
las ideas vitalistas y lúdicas, de deshacerse de todas las ideas
preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de
realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes.
http://groups.google.com/group/secreto-masonico/msg/8fe28de7faa29566?&q=alma

¿Tenemos alma?

¿Tenemos alma? –
Junto con la creencia de un Ser Supremo, la masonería afirma la
existencia de una Alma Inmortal.
Pero, y el Alma- ¿Qué es el Alma? Muchos piensan que dentro de cada
Ser Humano existe una parte de Dios, infinitamente pequeña en algunos
casos, algunos a esta chispa la llaman Alma, otros inclusive Espíritu;
pero es más que claro, que esta pequeña partícula divina tiene la
posibilidad de crecer, y en otros casos de perderse, o disminuirse.
No hay nada más complejo para cualquier filosofía o religión que
hablar del Alma, algunos los materialistas afirman que tras la muerte,
simplemente todo termina; pero los idealistas espirituales afirman que
la muerte sólo es el comienzo de la vida del alma.
La objeción más plausible de que los seres humanos tienen una alma,
es que no encontramos nada parecido cuando analizamos la mente.
Ninguna parte de nuestra forma de raciocinio es atribuible a que
exista una alma, desde un punto de vista comprobable y verificable, un
Yo Alma superior a la mente y separado de ella.
En realidad la masonería es una filosofía infinitamente diferente a
las creencias religiosas y científicas, aunque guarde semejanzas en
ciertos puntos con ellas, en realidad la tendencia masónica es y
deberá ser totalmente distinta, y mantener siempre una sana distancia
tanto de la religión como del mundo científico.
Sin ahondar por lo tanto en las creencias religiosas y científicas
que hablan o niegan la existencia del alma, trataremos de llegar a
entender que es el Alma para la filosofía masónica.
El objetivo de la masonería es desarrollar una alma, según esto
tenemos los materiales para construirla y solidificarla, con la ayuda
de las herramientas ofrecidas por la masonería, pero a menos que
nosotros lo hagamos, esos materiales no tendrían una estructura
permanente y después de la muerte física los materiales se
dispersarían y retornarían a la cantera. En nuestro estado ordinario
de profanos no podemos encontrar nada en nosotros que sea permanente e
independiente de nuestro cuerpo físico; solamente existen en nosotros
vagas expresiones de pasiones y desviaciones emotivas.
El alma no es el cuerpo ni la mente, el alma tiene un potencial para
llegar a ser algo más que un precario inquilino de una casa
perecedera. La ciencia oficial siempre negará la existencia de una
Alma inmortal, la religión por su parte siempre afirmará que cualquier
persona tiene una alma inmortal: como un gratuito regalo. Pero, la
tercera idea es la de la masonería y es que sólo labrándose a si mismo
y puliéndose a si mismo es como se llega a formar una alma sólida,
capaz incluso de vencer la muerte, cuando una persona posee una alma
real, es capaz de cambiar muchas cosas de sí mismo y de su entorno; en
ello se conocen a las personas con Alma Inmortal.


http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/f5e11ce6d11261f4/a3de377600f36d55?lnk=gst&q=alma#a3de377600f36d55

jueves, 1 de diciembre de 2011


Procesos Secretos del Alma

Al comienzo, el Alma se deposita a sí misma en lo Profundo del Ser Humano, el contacto con ella es el primer paso hacia el cambio espiritual, el Alma es una parte oculta en nuestro ser, aunque sea gracias a ella que existimos y permanecemos en el tiempo como seres individuales en la Naturaleza. La Iniciación Masónica es el primer paso hacia el Largo camino de contacto con Nuestra Alma Inmortal



Las otras partes que componen nuestra naturaleza no solamente son cambiantes sino perecederas, mientras que la entidad psíquica en nosotros persiste y es fundamentalmente siempre la misma. Ella contiene todas las posibilidades esenciales de nuestra manifestación sobre la tierra, pero no son las que la constituyen; ella no está limitada por lo que manifiesta, no está contenida por las formas incompletas de la manifestación, ni manchada por las imperfecciones y las impurezas, los defectos, las depravaciones del ser exterior.



Es una llama siempre pura de la divinidad escondida en las cosas, y nada de lo que llega a ella, nada de lo que entra en nuestra experiencia puede contaminar su pureza o extinguir la llama. Esta sustancia espiritual es inmaculada y luminosa, y porque ella es perfectamente luminosa, percibe inmediatamente, íntimamente, directamente, la verdad del ser y la verdad de la naturaleza; es profundamente consciente de lo verdadero, del bien y de la belleza, porque lo verdadero, el bien y la belleza son próximos a su propio carácter natural, son formas de lo que es inherente a su propia sustancia.



Percibe también todo lo que contradice estas cosas, todo lo que se aparta de su propio carácter natural, lo que es feo y malsano: pero ella no llega a convertirse en estas cosas, ella no está ni siquiera tocada ni modificada por estas contradicciones de ella misma que afectan tan poderosamente a sus instrumentos exteriores, la mente, la vida y el cuerpo.



Porque el alma, el ser permanente en nosotros, crea y utiliza la mente, la vida y el cuerpo como instrumentos, sobrelleva el disfraz de sus condicionamientos; pero ella es distinta y más grande que sus miembros. Si desde un principio la entidad psíquica hubiera estado revelada a sus ministros y hubiera sido conocida por ellos en lugar de ser un rey recluido en una cámara secreta, la evolución humana hubiera sido una expansión rápida del alma, no ese desarrollo difícil, atormentado y desfigurado que es ahora; pero el velo es espeso y nosotros no conocemos la Luz oculta en nosotros, la luz en la cripta secreta del santuario más profundo del corazón.



Desde el alma surgen insinuaciones hacia la superficie de nuestro ser, pero nuestra mente no discierne la fuente; las aprovecha para sus propias actividades porque, antes incluso de llegar a la superficie, han sido revestidas de sustancia mental; así, ignorando su autoridad, las escucha o no las escucha, siguiendo su tendencia o su humor del momento.



Si la mente obedece al impulso del ego vital, hay pocas posibilidades para que el alma dirija la naturaleza o manifieste por poco que sea su sustancia espiritual secreta y su movimiento natural; o si la mente es presuntuosa actuando según propia pequeña luz, si está atada a su propio juicio, a su voluntad y a la acción de su conocimiento, el alma quedará igualmente velada e inactiva, aguardará a una evolución ulterior de la mente.



Porque el elemento psíquico interior está allí para sostener la evolución natural, y la primera evolución natural debe ser el desarrollo del cuerpo, de la vida y de la mente; sucesivamente ellos deben entonces actuar cada uno siguiendo su propia naturaleza o todos juntos en una asociación mal combinada, para crecer, hacer su experiencia y progresar.



El alma reúne la esencia de todas nuestras experiencias mentales y se las asimila para hacer avanzar la evolución en nuestra existencia en la Naturaleza; pero esta acción es oculta, no se muestra a la superficie. En las primeras etapas materiales y vitales de la evolución del ser no existe, de hecho, ninguna consciencia del alma; hay actividades psíquicas, pero los instrumentos, las formas de estas actividades son vitales y físicas, o mentales cuando la mente está activa.



Porque incluso la mente no reconoce su carácter profundo en tanto que ella sea primitiva o su desarrollo sea todavía demasiado exterior. Nosotros podemos fácilmente considerarnos como seres físicos o seres vitales o seres mentales que se sirven (le la vida y del cuerpo e ignorar totalmente la existencia del alma.



Porque la única idea definida que nosotros tenemos del alma es que sobrevive a la muerte de nuestro cuerpo; pero lo que ella es, nosotros no lo sabemos, e incluso si alguna vez somos conscientes de su presencia, no somos normalmente conscientes de su realidad distinta, ni siquiera sentimos claramente su acción directa en nuestra naturaleza.



A medida que prosigue la evolución, la Naturaleza hace lentamente intentos para manifestar las partes ocultas de nuestro ser; ella nos invita a observar cada vez más dentro de nosotros mismos, o lanza a la superficie desde estas partes ocultas insinuaciones o formaciones más claramente reconocibles.



El alma en nosotros, el principio psíquico ha comenzado ya a tomar forma secretamente: ella crea y desarrolla una personalidad psíquica, un ser psíquico diferenciado para representarla. Este ser psíquico permanece todavía detrás del velo en la parte subliminal de nuestro ser, como la mente verdadera, el vital verdadero o como el ser físico verdadero o sutil; pero, como ellos, él actúa sobre la vida de superficie por las influencias y las insinuaciones que hace brotar hasta allí.



Éstas vienen a añadirse al conglomerado de la superficie que es el producto de la acumulación de influencias y de eclosiones interiores; esto es la formación o superestructura que generalmente sentimos y creemos ser nosotros mismos. Sobre esta superficie ignorante nosotros percibimos vagamente algo que se puede llamar un alma y que es distinta de la mente, de la vida y del cuerpo; y esta alma nosotros la sentimos no solamente como la idea mental o el vago instinto que nosotros tenemos de nosotros mismos, sino como una influencia perceptible en nuestra vida, nuestro carácter y nuestra acción.



Una cierta sensibilidad para todo lo que es verdadero, bueno y bello, delicado, puro y noble, una receptividad a estas cosas, una necesidad de estas cosas, una presión sobre la mente y la vida para que ellas las acepten y las formulen en nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra conducta, nuestro carácter; tales son los signos más habitualmente reconocidos, -si bien ellos no sean los únicos,- los signos más generales y más característicos de la influencia de la psique.



Del hombre que no tiene este elemento en él o que no responde completamente a estas incitaciones, nosotros decimos que no tiene alma. Porque es esta influencia la que nosotros podemos más reconocer fácilmente como la parte más noble o incluso divina en nosotros, y también la más poderosa para orientar lentamente nuestra naturaleza hacia alguna perfección.



Pero esta influencia o esta acción psíquica no llega con toda su pureza a la superficie o no puede mantener su pureza con claridad; si lo hiciera seríamos capaces de distinguir claramente lo que es el alma en nosotros y seguir consciente y plenamente su voz.



Una acción oculta de la mente, de la vida o del físico sutil, interviene, se mezcla con esta voz, intenta servirse de ella y modificarla para sus propios fines, empequeñece su divinidad, deforma o disminuye su expresión, la hace incluso desviar o tropezar, o la sazona con las impurezas, las bajezas y los errores del mental, de la vida y del cuerpo.



Después de haber alcanzado la superficie, así alterada y aminorada, la influencia psíquica es atrapada por la naturaleza superficial que la recibe de forma oscura y le da una forma ignorante, y como consecuencia hay o puede haber una desviación o una mezcla todavía más pronunciada. Se toma una dirección falsa, se produce una deformación, una aplicación falsa, una formación falsa, un resultado erróneo de lo que, en sí, es acción pura y sustancia pura de nuestro ser espiritual.



Así se forma una consciencia que es una mezcla de las intimaciones psíquicas, junto con ideas y opiniones mentales, deseos e impulsos vitales, y las tendencias habituales del físico. A la influencia psíquica oscurecida vienen a combinarse igualmente los esfuerzos ignorantes, aunque bien intencionados, de las partes exteriores del ser que aspiran a una dirección más alta; una ideación mental de un carácter muy mezclado, frecuentemente oscuro incluso en su idealismo, muchas veces incluso cometiendo errores desastrosos, el fervor y la pasión del ser emotivo que viene a arrojar la espuma de sus emociones, de sus sentimientos y de su sentimentalismo, el entusiasmo dinámico del ser vital, las reacciones ávidas del físico, los temblores y las excitaciones de los nervios y del cuerpo, todas estas influencias se funden en un conjunto complejo que se toma frecuentemente por el alma, y se confunde esta acción mezclada y confusa con la inspiración del alma, con el desarrollo o la acción del ser psíquico, o con una influencia interior real.



La entidad psíquica misma es libre de toda mancha y de toda mezcla pero lo que llega a la superficie no está protegido por la misma inmunidad; esto es por lo que esta confusión llega a ser posible. Además, el ser psíquico, la personalidad psíquica en nosotros, no emerge de golpe con todo su esplendor y su luz: ella evoluciona, pasa por un lento desarrollo y una lenta formación.



En primer lugar la forma de su ser puede ser indistinguible y después permanecer por largo tiempo, débil y embrionaria, no impura sino imperfecta; porque su formación y su crecimiento dinámico se apoyan sobre el poder del alma que a pesar de la resistencia de la Ignorancia y de la Inconsciencia, es puesta en primer plano en el curso de la evolución.



Su aparición es la señal de que el alma emerge en la Naturaleza, y si esta emergencia es todavía débil e imperfecta, la personalidad psíquica también será endeble o débil. Además ella está separada de su realidad interior debido a la oscuridad de nuestra consciencia, y no se comunica más que imperfectamente con su propia fuente en las profundidades del ser.



En efecto, la ruta está poco despejada, se obstruye fácilmente, los hilos están frecuentemente cortados o atestados de comunicaciones de otro género y que provienen de otro origen; su capacidad para transmitir lo que ella recibe a los instrumentos exteriores es asimismo imperfecta.



Con la pobreza de sus medios debe, para la mayor parte de las cosas, confiar en sus instrumentos y es sobre sus dotes en los que se apoya y toma su impulso para expresarse y actuar y no sobre la percepción de la entidad psíquica única e infalible. En estas condiciones, ella no puede evitar que la verdadera luz psíquica sea empobrecida o deformada al pasar por la mente y se reduzca a una simple idea u opinión, que el sentimiento psíquico en el corazón se transforme en una emoción débil o en un simple sentimentalismo y que, en las partes vitales, la voluntad de actuar psíquica se cambie en entusiasmo vital ciego o en excitación febril.



La personalidad psíquica está muy forzada a aceptar estas deformaciones, a falta de otra cosa mejor, e intenta realizarse a través de ellas. Porque eso forma parte del trabajo del alma, influir en la mente, en el corazón y en el ser vital, y orientar sus ideas, sus sentimientos, sus entusiasmos, sus dinamismos hacia lo que es divino y luminoso; pero eso no puede hacerse más que imperfectamente al principio, con su lentitud y mezcolanza.



A medida que la personalidad psíquica crece y se hace fuerte, comulga más estrechamente con la entidad psíquica que está detrás, y mejora sus comunicaciones con la superficie. Ella puede transmitir sus intimaciones a la mente, al corazón y a la vida con una pureza y una fuerza mayores, y .porque es más capaz de ejercer un control sólido y reaccionar contra las falsificaciones; por lo tanto, ella se hace sentir cada vez más distintamente como un poder en nuestra naturaleza.



Pero aun así, esta evolución será todavía lenta y larga, si está atada a la sola acción automática y dificultosa de la Energía evolutiva; es únicamente cuando el hombre se despierta al conocimiento del alma y siente la necesidad de traerlo a la superficie y hacerlo maestro de su vida y de su acción, cuando interviene un método de evolución consciente y más rápido y una transformación psíquica llega a ser posible



Alcoseri

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